viernes, 25 de julio de 2014

LA LEYENDA "EL CALLEJÓN DEL MUERTO"


La Leyenda "El callejón del muerto"
Evencio Isidro Cruz Cruz
25/7/2014
Hoy te voy a contar una bonita leyenda:
En la primera calle de Morelos arranca en sentido diagonal y en dirección a la última de Matamoros, un tortuoso y angosto callejón, solitario y tétrico, que hace tiempo fue teatro de un misterioso asesinato y a la vez de un espeluznante sucedido registrado momentos después de cometido aquel, lo que motivo que se le hubiese conocido, desde entonces, con el nombre de “El Callejón del Muerto”.

Fue aquel tiempo en que la ciudad se alumbraba con faroles de aceite, los cuales se encargaban de encender los llamados “Sereno”. Y uno de estos personajes fue quien precisamente resultara víctima de aquel crimen. Una noche profundamente obscura el “Sereno” estaba haciendo su ronda; de repente, rasgado el silencio partió un “¡ay!” prolongando y un penetrante grito de agonía; después volvió a reinar el silencio.


Por la calle, un hombre con farol de mano caminaba velozmente hacia el templo del Marquesado; llegó hasta ahí y le dijo al párroco que había un apuñalado que necesitaba confesión. Aquel se aprestó y sin más llego hacia el agonizante sereno. A la mitad del callejón aquel, yacía el herido, por lo que el cura procedió a confesarlo. Fue una confesión larga y penosa.

Después de absolverlo el sacerdote se dirigió al sitio donde estaba su acompañante y no encontró de éste más que su linterna. Intrigado la tomó para ver a quien había confesado, y al acercarle la luz al rostro, vio que era el mismo quien le había ido a llamar. Sobrecogido de terror regresó al curato y se dice que muchos días después, el párroco quedó completamente sordo del oído con que escuchó la confesión del muerto.


El sereno era el personaje encargado de vigilar las calles y regular el alumbrado nocturno de lámparas de aceite, cebo o queroseno.

Solía ir armado con una macana y usaba un silbato para dar la alarma en caso necesario.

Daba anuncios de la hora, el clima, protegía de robos y procuraba mantener el orden. Los primeros serenos se documentan en 1715. 

Se dice que cuando daba la media noche gritaba “las doooce y tooodo sereno”, posible razón de su nombre.

Su presencia daba tranquilidad a los vecinos y cuando alguna persona veía algo a distancia sin reconocerlo, exclamaba: “Será el sereno, pero no se ve su linterna”. 

Por lo que la expresión coloquial, “Será el sereno” se refiere a un momento de incertidumbre.

Bienvenidos a Oaxaca City. Que tu estancia sea grata.

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