El génesis de Ciudad de
Oaxaca.
Evencio Isidro Cruz Cruz
6/06/2013
Se dice que los Valles de Oaxaca son una de las “casas antiguas” del ser
humano en la Tierra. En la cueva Guilá Naquitz, cerca de Mitla, se encontraron
mazorcas de maíz prototípicas que datan de hace unos 6 mil años, restos fósiles
que demuestran la transición del Teocintle al maíz, una de las creaciones
culturales más importantes de la civilización del Anáhuac, pero la presencia del
hombre en Oaxaca se remonta a unos 11 mil años, teniendo como punto de expansión
los Valles Centrales.
Su legado cultural es irefutable, pues en la meseta Caballito Blanco en
Yagul, se han hallado pinturas rupestres relacionadas a grupos nómadas ligados a
los primeros pobladores, además de piezas avanzadas de alfarería que ya existían
en el año 1200 a. C. especialmente en la región de la laguna Zope.
Desde el año 1500 a.C. se empezaron a asentar las primeras aldeas en los
Valles de Oaxaca. Recuérdese que entre Veracruz y Tabasco en estas fechas se
registran los asentamientos de la llamada cultura olmeca, especialmente en la
Venta, donde aparecen perfectamente delineadas y estructuradas las formas
culturales que se mantendrán durante los siguientes 3 mil años. Razón por la
cual se le conoce como Cultura Madre y en Oaxaca su influencia será muy clara,
tanto en San José del Mogote 1200 a.C., como en la primera fase de Monte Albán
500 a.C.
El centro de este valle fue motivo de discordia entre civilizaciones de
Mesoamérica, principalmente dos grandes, que si bien comparten muchas
características, compitieron siempre por la dominación de Oaxaca, la primera de
ellas, el Imperio Zapoteca, floreció en el área de Monte Albán a partir del año
900 a. C. hasta su derrota en el año 1300 a manos del Imperio Mixteco, el cual a
su vez permanecería en el sitio hasta su posterior saqueo y destrucción por
parte de los conquistadores españoles.
La fundación de Monte Albán se sitúa alrededor de los años 500 a. C. al 100
a. C., adquiriendo una importancia política y económica importantísimas en la
región.
Durante el Período Clásico es cuando alcanza su mayor crecimiento. Monte
Albán recibe influencias teotihuacanas y mayas. Aproximadamente durante los años
200 d. C. al 600 d. C. Monte Albán alcanza su máximo auge, siendo la ciudad
-capital del imperio Zapoteca- más importante de la región, contando con cerca
de 40 mil habitantes en los 20 Km2 cercanos al centro ceremonial.
A partir del año 800 d. C. y de forma gradual, Monte Albán pierde importancia
hasta el año 1325 d. C. cuando los mixtecos, provenientes del norte, invaden el
valle de Oaxaca y ocupan la antigua capital zapoteca, junto con Mitla.
En 1458 Moctezuma Ilhuicamina llega hasta la mixteca y toma Coixtlahuaca.
En 1496 los zapotecos se enfrentan a los mexicas en la batalla del Cerro del
Guiengola en el Istmo, que duró 7 meses y los mexicas no pudieron doblegar a los
zapotecos por lo que se concertó una alianza entre los dos pueblos. Ahuízotl dio
en matrimonio a una de sus hijas llamada Coyolicatzin (copo de algodón) al
tlatoani zapoteca Cocijoeza.
Por esta alianza los mexicas pudieron poner una guarnición militar que
vigilara a las caravanas de pochtecas (mercaderes) que iban a comerciar a la
rica región del Soconusco en lo que hoy forma Chiapas y Guatemala.
Esta guarnición se fundó en el cerro que en la actualidad todavía conocemos
como “El Fortín” y que posee una vista privilegiada de la entrada y salida de
los Valles de Oaxaca con el Valle de Tehuacán y el camino al Istmo de
Tehuantepec.
Al establecerse los mexicas en este Valle de Oaxaca, se fundaron cuatro
pueblos: Chapultepec, Mexicapan, Jalatlaco y Xochimilco, por lo que podemos
decir que la Ciudad de Oaxaca, fue fundada por los guerreros de Ahuízotl en
1486. “Huaxyacac” en lengua náhuatl significa literalmente “la nariz de los
huajes”. Sin embargo su sentido metafórico tiene que ver con “la punta del cerro
de una cadena montañosa que está saturada de árboles de huaje”. En 1520 se
reinicia otra guerra entre zapotecos y mixtecos y que terminará con la llegada
de los españoles.
La conquista en el Valle
Los zapotecos recibieron como aliados a los españoles y les dijeron que el
oro venía de Tututepec, en la Costa, donde vivían los mixtecos sus enemigos
históricos.
Los españoles marcharon a la costa y tomaron preso al tlatoani mixteca y le
pidieron “un rescate en oro”. Los mixtecos entregaron el rescate, pero los
españoles pidieron más, así sucedió de la misma manera por varios días hasta que
se agotó la reserva del oro y los españoles mataron al tlatoani y arrasaron
Tututepec.
Cortés ordenó a los españoles que fundaran una Villa en aquel lugar donde
existían las minas y placeres de oro, pero los españoles lo desobedecieron y se
regresaron al Valle de Oaxaca, pues su clima era perfecto, no así la costa
tropical.
En efecto, llegó a Oaxaca Francisco de Orozco en diciembre de 1521 después de
la caída de Tenochtitlán enviado por Hernán Cortés, ya que Moctezuma le había
dicho que el oro provenía de esta región. Entre los acompañantes venía el
clérigo Juan Díaz quien oficia la primera misa bajo un gran árbol que estaba en
la rivera del Río Atoyac y donde actualmente se encuentra el Templo de San Juan
de Dios, misa que más tarde llegaría a considerarse como el acto de fundación de
la Villa de Antequera el 22 de abril de 1522.
El Río Atoyac en su cauce original pasaba por lo que hoy es el centro de la
ciudad. Motivo por el cual los españoles lo desviaron hacia el Sur, por donde se
encuentra en la actualidad.
Los españoles fundaron “Segura de la Frontera”, concepto que viene de la
Guerra de Reconquista en contra de los árabes en España, debido a que cada que
liberaban un territorio, la última población la denominaban “segura de la
frontera”.
La primera autoridad de la Villa de Segura de la Frontera será Hernando de
Badajoz y entre de los primeros encomenderos estarán Pedro de Alvarado, Juan
Núñez Cedeño y Juan Peláez de Berrio que después se convirtió en el primer
Alcalde Mayor y más tarde fue destituido por sublevación de los españoles,
debido a sus excesos e injusticias.
Así nació el asentamiento español sobre las ruinas de uno mexica y en
rebeldía con el conquistador Hernán Cortés, pues éste siempre se opuso a la
fundación de una Villa en lo que más tarde sería su Marquesado.
Se determinó el lugar en donde se construiría la catedral, definiéndose en un
sitio equidistante entre el Cerro del Fortín, el Río de Jalatlaco y el Río
Atoyac: a partir de este punto, la traza de la ciudad la realizó el Alarife
Alonso García Bravo en 1529, año en que Hernán Cortés recibe el título de
Márquez del Valle de Oaxaca, pero jamás puso su planta en la ciudad.
Dicha traza está orientada perfectamente hacia los cuatro puntos cardinales,
se trazan las calles de norte a sur y de oriente a poniente, formando manzanas
de 100 varas por lado (84 metros aprox.), el ancho de las calles se definió
tomando como base el paso de una columna de 8 a 12 jinetes sin estorbarse.
Se consideraron también las montañas de San Felipe del Agua hacia la parte
Norte, razón por la cual la ciudad tendrá un desnivel de arriba en San Felipe
hacia abajo en el Sur donde se ubica el barrio de Trinidad de las Huertas.
Primero fue reconocida como la Villa de la Nueva Antequera en 1528, porque el
Oidor Real Nuño de Guzmán era de Antequera y tres años después, el alcalde Juan
Peláez de Berrio y Alonso García Bravo, le dieron el trazo definitivo, por lo
que el 25 de abril de 1532 es elevada a rango de ciudad por Cédula Real de la
corte española, hecho que este lunes se recuerda.
En 1534 se inicia la construcción de la Catedral, la cual sería destruida en
varias ocasiones por malos materiales, incendios y terremotos.
En 1535 se nombra la Provincia Eclesiástica de Antequera y entra el poder de
la iglesia a Oaxaca. En 1536 se suprimen las Alcaldías Mayores en la Nueva
España y se instituyen los Corregimientos. La provincia de Oaxaca quedará
dividida en 18 Partidos: Antequera de Oaxaca, Teotitlán del Valle, Zimatlán,
Huitzo, Tehuantepec, Nejapa, Ecatepec, Chichicapan, Villa Alta, Choapan,
Teocuicuilco, Teutila, Teotitlán del Camino, Jamiltepec, Teposcolula, Huajuapan, Juxtlahuaca y Nochixtlán.
En el aspecto religioso, exactamente un año después, refiere el historiador
Alberto Bustamante Vasconcelos, se fundó la provincia eclesiástica de San
Marcial Oaxaca; en 1538 hace su arribo el primer obispo, Don Juan López de
Zárate y en 1547 se erigió en Convento formal, el de San Pablo, de los
dominicos.
Cabe señalar que el primer historiador oaxaqueño fue Fray Francisco de Burgoa
(1674), quien logró integrar gran parte de la historia de esta ciudad, seguido
de otros ilustres cronistas e historiadores.
Entre estos destacan: José María Murguía y Galardi, Carlos María Bustamante,
Juan Bautista Carriedo, Pbro. José Antonio Gay, Manuel Martínez Gracida,
Francisco Belmar, Andrés Portillo, Manuel Briosco y Candiani, Cayetano Esteva,
Pedro Camacho, Prof. Francisco Salazar, Pbro. Maximiano Amador, Jorge Fernando
Iturribarría, Ángel Taracena, José María Bradomín y Everardo Ramírez
Bohorquez.
Bibliografía:
* “HISTORIA GENERAL DEL ESTADO DE OAXACA” del Antropólogo Luis Rodrigo
Álvarez. Editorial Carteles. Oaxaca, México. 1995
* “OAXACA PATRIMINIO
CULTURAL DE LA HUMANIDAD”. Carlos Velasco Pérez. Colección “Glifo” del Gob. Edo.
Oax. 1991.
* “HISTORIA Y GEOGRAFÍA DE OAXACA” Libro de texto. Varios autores.
Editorial Carteles Editores, Oaxaca, Méx. 2000.
* “OAXACA, UNA CIUDAD CON
HISTORIA”. Reportaje. Fortino Torrentera Olivera, Oaxacapolítico.com 2003.
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